PLATOS SUCIOS


Platos sucios,
tristeza escatológica.
Y esa dolida soledad de tu ausencia.

El olor persistente de tu piel
vertiéndose en todos los rincones de la casa.
Zozobrado. Renaciente.
Debajo de las camas,
cerca de las ventanas;
en todos los recuerdos que cuelgan de los cuadros.
En los perdidos hilos de las telas de araña.

Sombras lechosas. Apaciguadas sombras
posadas en el diván a contraluz,
las hebras coloradas
delineando filigranas en el costurero;
la sonata tristísima de los electrodomésticos
-esas máquinas amables que se beben los sueños-.
Y en la enardecida presencia de tu nombre
cuando olvidé pagar al cobrador de la luz.
Desde el fondo,
un grito acallado cercena
la penumbra ceniza de esta alfombra de intimidad.

No hay comentarios: